Este consciente de que la vida le va a presentar al ex adicto razones para recaer, no importa lo bueno que haya sido el programa de rehabilitación
Las relaciones se rompen, hay problemas profesionales, perdida de trabajo, demandas, muerte de un familiar o de un amigo cercano – estas situaciones pueden ser abrumadoras. Hasta para una persona que ha estado sobria por muchas años puede recaer en momentos como estos. Cuando usted ama a alguien que se ha recuperado de la adicción, si él se encuentra ante una de estas situaciones de estrés serio, ayúdele aun mas en esos momentos. Trate de no dejarlo solo en los primeros días. Una vez que pase la crisis, las habilidades y capacitación que la persona recibió en el programa lo ayudaran a superar o a resolver la situación.
Manera incorrecta de hacerlo: Un hombre completa con éxito su rehabilitación y se mantiene sobrio por muchos años, llevando una vida de éxito. Un día sale con sus amigos y uno de ellos muere repentinamente de un ataque cardiaco delante de él. Como el ha estado sobrio por una década, la familia no piensa que el necesita de un fuerte apoyo en ese momento. Pero la pérdida es tan abrumadora que a pesar de los diez años de sobriedad no son suficientes para prevenir que recaiga en el uso de drogas. Su escape momentáneo a los opiáceos es suficiente para suscitar todo el patrón de adicción para él. Unas semanas después, la familia se da cuenta que está perdido otra vez en la adicción.
Manera correcta de hacerlo: Cuando el amigo muere delante de él, su hermano se da cuenta que este evento podría ser tan abrumador que él podría tratar de escapar del dolor abusando de los opiáceos. Inmediatamente se le acerca al hermano y lo acompaña por unos pocos días seguidos. Si se tiene que ir, se asegura de ser reemplazado por otro miembro sobrio de la familia o por un amigo cercano hasta que supere la crisis. El hermano se da cuenta que esta inconveniencia en su vida no es comparable al problema que surgiría si su hermano tuviera que ir otra vez a un centro de rehabilitación.
